Asesoramiento previo del embarazo
Clínica Mencía, asesoramiento previo del embarazo
Servicios de obstetricia en Salamanca y servicios de obstetricia en Plasencia
Recomendaciones generales ante un deseo de embarazo:
- Suprimir o reducir el tabaco y el alcohol.
- No tomar medicamentos si hay retraso menstrual.
- Vacunarse, si es preciso, de tétanos, hepatitis B y rubéola.
- Actividad física adecuada.
- Si se da, intentar disminuir el sobrepeso.
- Seguir una dieta equilibrada.
- Realizar una consulta médica pregestacional.
La buena evolución del embarazo, la salud del feto y del recién nacido, así como su correcto desarrollo posterior, dependen en gran parte de la salud de su madre y de los cuidados que haya recibido antes de la gestación.
También la asistencia médica al embarazo no debe empezar al producirse la primera falta menstrual, sino que debe preceder a la gestación.
La evaluación preconcepcional de las condiciones físicas, biológicas y psíquicas de la futura madre, así como de su entorno, posibilitarán situarla en las mejores condiciones posibles de salud, ayudándola a escoger el momento más óptimo para el inicio del embarazo. Este objetivo es aún más acuciante en el caso de parejas que hayan tenido problemas en anteriores embarazos.
CONSULTA MÉDICA PREGESTACIONAL
Una consulta médica pregestacional tiene como objetivos básicos:
- Evaluar la salud preconcepcional, mediante un examen físico y biológico al efecto de establecer el "riesgo pregestacional" de la pareja.
- Tratar, o asesorar sobre los problemas existentes, situando a la mujer en las mejores condiciones posibles para quedar embarazada.
- Planificar, de forma objetiva, el momento más adecuado para el embarazo.
La consulta médica pregestacional está destinada a:
- Todas las mujeres que deseen quedar gestantes en el curso de un año.
- Mujeres con malos antecedentes obstétricos o reproductivos (abortos, niños muertos o con defectos congénitos).
- Mujeres con riesgo de enfermedad genética o hereditaria (antecedentes personales o familiares).
- Mujeres con enfermedades crónicas que, al menos teóricamente, pueden empeorar el pronóstico de la gestación.
- Mujeres con edad avanzada (a partir de los 35 años).
Aunque depende de las características y de la historia de cada mujer y de su pareja, en general, para establecer los posibles riesgos, se evalúan los siguientes factores:
Historia familiar, genética y médica
Se revisa la historia familiar con el propósito de identificar determinadas enfermedades hereditarias, realizando, si está indicado, el llamado “screening” de portadores. Asimismo, se pregunta a la mujer sobre sus antecedentes personales y ginecológicos.
Exploración física.
Se evalúa la salud de la futura madre, intentando identificar situaciones patológicas (generales o ginecológicas) que pueden no ser conocidas por la propia mujer, pero que, en cambio, pueden actuar negativamente sobre un futuro embarazo.
Identificación de factores de riesgo.
Se identifican los factores de riesgo (a veces no reconocidos por la propia mujer) pero que pueden condicionar un resultado desfavorable para la gestación tales como: consumo de determinados medicamentos, exposición a tóxicos en el hogar o en el trabajo, convivencia con animales, ejercicio físico excesivo, dieta inadecuada, estrés, etc.
Nutrición. Dieta y peso.
El estado nutricional es uno de los factores más directamente relacionados con la salud de la futura gestante y su descendencia. Siempre, y especialmente en la mujer con expectativas de concepción inmediata, es recomendable alcanzar el peso adecuado, reducir o suprimir el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas u otras drogas y mantener una alimentación variada y equilibrada. La mayoría de mujeres adopta espontáneamente una alimentación suficiente para llevar a buen puerto su embarazo. Sin embargo, existe un grupo de población que se beneficiará especialmente de los consejos alimentarios:
- Mujeres con trastornos nutricionales (anemias, ciertas carencias).
- Mujeres que toman habitualmente fármacos que interfieren en la absorción de ácido fólico).
- Mujeres de peso inadecuado (índice de masa corporal fuera del rango de la normalidad).
- Mujeres con hábitos alimentarios atípicos (dieta vegetariana estricta, etc.).
Potenciar el ejercicio físico regular ayuda a mantener el peso adecuado. En el caso de precisar un cambio de peso, será conveniente una estrategia de aumento o reducción gradual, y siempre bajo control médico.
Hábitos personales, deporte, etc.
En todos los casos se informa a la mujer sobre aquellos hábitos (tabaco, alcohol, fármacos, etc.) que pueden poner en riesgo a la madre y al feto, y se la aconseja sobre el estilo de vida y los comportamientos más adecuados a desarrollar, tanto durante los meses previos a la gestación (tipo de anticoncepción, prácticas sexuales seguras, etc.), como al producirse la misma (consejo nutricional, actividad física y laboral, etc.).
Vacunas.
Identificación de aquellas mujeres que no estén inmunizadas (carentes de protección) frente a determinadas infecciones (rubéola, toxoplasmosis, varicela-zóster, citomegalovirus, etc.). Su importancia se debe a las implicaciones patológicas que estas infecciones pueden tener sobre el desarrollo del embrión en caso de infectarse durante la gestación. En estos casos se procederá a la vacunación, si ello es posible, (rubéola, por ejemplo) o se establecerá una estrategia adecuada (consejos, modificaciones de algunos hábitos, control inmunitario, etc.) para evitar la infección o minimizarla.
Enfermedades crónicas.
En el caso de una mujer portadora de enfermedades crónicas (diabetes, asma, epilepsia, cardiopatías, enfermedades renales, etc.) se evalúan sus condiciones actuales, y se la prepara para que pueda afrontar con éxito un embarazo, eligiendo el momento más adecuado para la concepción.
Infecciones de transmisión sexual.
Detección de infecciones de transmisión sexual, tanto víricas (hepatitis B, VIH) como bacterianas (sífilis), cuyo conocimiento es fundamental para planificar correctamente la gestación, y realizar el tratamiento oportuno para prevenir que el niño resulte infectado.
Abortos previos
En los casos de abortos previos se realiza un estudio completo sobre los factores de infertilidad (genéticos, inmunitarios, infecciosos, anatómicos, endocrinos, etc.) al efecto de intentar identificar el problema y tratarlo adecuadamente.
Esta consulta tiene un carácter multidisciplinario. Esto quiere decir que, si es necesario, el caso será estudiado por especialistas de diversas disciplinas médicas, cooperando en la solución del problema.
Además en la consulta médica pregestacional se valorará la administración preventiva de folatos para prevenir los posibles defectos del tubo neural y otras malformaciones. Debe tenerse en cuenta que algunos suplementos vitamínicos y minerales pueden representar un riesgo para el futuro embarazo, siendo recomendables exclusivamente bajo prescripción médica. Asimismo, puede ser aconsejable la ingesta de suplementos de hierro y calcio durante la gestación y en el periodo de lactancia, aunque en todo caso bajo control médico.