INCONTINENCIA URINARIA FEMENINA. SOLUCIÓN LÁSER GINECOLÓGICO.
INCONTINENCIA URINARIA FEMENINA. SOLUCIÓN LÁSER GINECOLÓGICO. LA ALTERNATIVA MODRNA A LA CIRUGÍA. CLÍNICA MENCÍA INFORMA,
Es el problema del que ninguna mujer quiere hablar: la incontinencia urinaria (IU). Las pérdidas de orina, no sólo son embarazosas sino que además pueden afectar a tu estado anímico, tus actividades cotidianas y a tu vida sexual. Al contrario de lo que se cree, no es un problema que se presenta solo en personas mayores, y a pesar de que los índices de incontinencia urinaria aumentan con la edad, alrededor del 20% al 30% de las mujeres que la padecen son jóvenes.
Se estima que una de cada tres mujeres sufre de incontinencia urinaria, lo que no quiere decir que todas experimenten los mismos síntomas. De hecho, la IU se puede clasificar en cuatro tipos, y conocer cuál es el que padeces puede ser el primer paso para controlar estos preocupantes episodios de una vez por todas.
¿Qué sucede cuando hacemos pis?
Orinar es el resultado de la filtración de sustancias innecesarias del riego sanguíneo a través de los riñones y la vejiga. Cuando se llena hasta la mitad, los nervios le envían un mensaje al cerebro para indicar que es el momento de orinar, momento en que la orina sale a través de la uretra, donde se encuentra con dos músculos del esfínter. El primero, el músculo interno, se abre cuando la vejiga está llena, sin embargo el externo, puede cerrarse de forma voluntaria por lo general hasta que consigas llegar al baño. En ese momento, la vejiga se contrae para expulsar la orina a la vez que se relajan los músculos del esfínter.
Cuando esto ocurre de forma involuntaria, se llama incontinencia urinaria. Aunque en la mayoría de los casos suele ser el resultado de un problema médico subyacente, – a menudo tratable- perder el control sobre la vejiga puede ser una experiencia traumática y no debe ignorarse.
Incontinencia De Esfuerzo:
La incontinencia de esfuerzo está relacionada con la falta de fortaleza en el suelo pélvico, un complejo grupo de músculos que, entre otras cosas, se ocupan de sujetar la vejiga. Si dichos músculos se debilitan, la vejiga se desplaza dentro de la pelvis y provoca un efecto en cadena en los músculos del esfínter que les impide cerrarse firmemente, teniendo como resultado pequeñas pérdidas de orina.
Estornudar, reír o toser son posibles desencadenantes de la incontinencia de esfuerzo, al igual que cualquier actividad que ejerza presión sobre la vejiga. Debido a que los embarazos, partos y la menopausia pueden debilitar los músculos del suelo pélvico, las mujeres son más propensas a padecer este tipo de incontinencia en algún momento de sus vidas.
Incontinencia de urgencia
También conocida como vejiga hiperactiva, este tipo de incontinencia se caracteriza por una repentina necesidad de orinar que no siempre se puede controlar, lo que tiene como resultado la perdida de orina.
Se origina por contracciones involuntarias o espasmos de la vejiga y por lo general, es síntoma de problemas musculares o del sistema nervioso. Ello puede deberse a una serie de afecciones médicas, desde infecciones de vejiga o del tracto urinario, diabetes y apoplejías, hasta esclerosis múltiple, Parkinson o Alzheimer. Los espasmos pueden ocurrir en cualquier momento, sin importar lo llena que esté la vejiga.
Incontinencia por rebosamiento:
Es el único tipo de incontinencia que existe más en los hombres que en las mujeres, y quienes padecen de incontinencia por rebosamiento con mucha frecuencia tienen pequeñas pérdidas de orina.
Es causada por una incapacidad para vaciar la vejiga completamente, por lo general debido a lesiones o bloqueos en la vejiga o daños en los nervios y también usualmente provocados por una afección médica subyacente como esclerosis múltiple o diabetes. A pesar de que muchos tienen la constante necesidad de ir al baño, puede que solo produzcan un pequeña cantidad de orina y suelan tener la sensación de que la vejiga nunca está totalmente vacía.
Incontinencia funcional
La incontinencia funcional:
suele estar asociada a las personas mayores y casi siempre está relacionada con una afección médica subyacente. A diferencia de los otros tres tipos de IU, no es provocada por problemas de control de la vejiga. De hecho, quienes la padecen son conscientes de su necesidad de orinar pero por razones mentales o físicas no llegan al baño a tiempo.
Esto puede incluir la incapacidad quitarse la ropa a tiempo o desplazarse desde una silla de ruedas al inodoro. El caos es más complejo si quien la padece no tiene la capacidad de comunicar su necesidad de orinar, o en el caso de los enfermos de demencia, a quienes puede resultar imposible ubicar el baño a tiempo.
Vista por muchas como una situación incómoda, la incontinencia urinaria femenina se ha convertido en un tema tabú, y por ello, muy poco comunicada ante los profesionales de la salud, a pesar del trauma que puede ocasionar. Nuestra recomendación: ¡No sufras en silencio! Puedes estar padeciendo síntomas de un problema médico subyacente y en muchos casos, la incontinencia urinaria puede tratarse, lo que significa que puedes recuperar el control de tu cuerpo y volver a disfrutar de la vida.
Si sufres incontinencia urinaria o pérdidas de orina de esfuerzo, que son las que se produce al toser, saltar, correr o realizar movimientos bruscos, o producidas por la laxitud de tu suelo pélvico (conjunto de músculos, ligamentos y nervios encargados de soportar y controlar el útero, la vagina, la vejiga, la uretra y el recto) y no los has solucionado por miedo a pasar por el quirófano, ahora cuentas con la tecnología LÁSER, una solución rápida, indolora y ambulatoria. Sin intervención quirúrgica, sin anestesia, sin dolor y sin ingresos hospitalarios.
Incorporación inmediata a tu vida habitual. Verás como mejora la calidad de los ligamentos del suelo pélvico siendo una buena opción terapéutica en la incontinencia urinaria de esfuerzo leve y moderada
El tratamiento con LÁSER funciona con tecnología térmica sobre el tejido vaginal estimulando la remodelación del colágeno. Así se consigue una contracción y tensado del tejido de la mucosa vaginal por el incremento de colágeno, lo que aporta mayor apoyo en la vejiga y la recuperación de la función normal de continencia.
Ventajas del tratamiento LÁSER:
- Indoloro, sin incisiones ni suturas.
- La solución más rápida (cada sesión dura unos 20 minutos) y más fácil para la paciente que evita las complicaciones indeseables presentes en otros métodos.
- Recuperación rápida sin necesidad del uso de analgésicos o antibióticos.
- No necesita ninguna preparación especial antes del tratamiento, ni precauciones post-operatorias.
- La paciente regresa inmediatamente a su actividad diaria.
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